Microcuento de César Antonio Alurralde
El
ángel de la guarda acababa de abandonar su cuerpo que había acompañado de por
vida. Volaba dificultosamente con un ala de menos. El cuerpo inerte del difunto
esperaba sepultura. Los amigos lloraban desconsoladamente al manquito.
Fuente:
Leer X leer, Editorial Universitaria
de Buenos Aires