Microcuento de Eduardo Galeano
Los indios shuar, los llamados jíbaros, cortan la cabeza del vencido. La cortan y la reducen, hasta que cabe en un puño, para que el vencido no resucite. Pero el vencido no está del todo vencido hasta que le cierran la boca. Por eso le cosen los labios con una fibra que jamás se pudre.
Fuente: Eduardo Galeano, El libro de los abrazos, Ed. Siglo XXI
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