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Enanismo - Ana María Shua

Microcuento de Ana María Shua

Como bien lo saben los empresarios circenses, el tamaño no es un destino sino una elección. Cualquier persona adulta puede convertirse en un enano siguiendo una serie de instrucciones sencillas que exigen, eso sí, una alta concentración. Por ejemplo, este minúsculo hombrecillo que ven ustedes aquí fue hasta hace dos meses un robusto mocetón de un metro ochenta y dos centímetros de altura y noventa kilos de peso. Por ejemplo, este microrrelato que está usted leyendo fue, hasta ayer mismo, una novela de seiscientas veintiocho páginas.

Del libro Fenómenos de circo, Ed. Emecé.