Donatien Alphonse François de Sade (1740-1814), más conocido como Marqués de Sade, fue un escritor y filósofo francés. De alto contenido erótico-perverso, Justine o los infortunios de la virtud y La filosofía en el tocador son sus obras más divulgadas. Pasó gran parte de su vida preso o en asilos para locos.
El microcuento "Un obispo en el atolladero" pertenece al libro Cuentos historietas y fábulas, Ed. Busma.
Un obispo en el atolladero
Resulta bastante curiosa la idea que algunas personas piadosas tienen de los juramentos. Creen que ciertas letras del alfabeto, ordenadas de una forma o de otra, pueden, en uno de esos sentidos, lo mismo agradar infinitamente al Eterno como, dispuestas en otro, ultrajarle de la forma más horrible, y sin lugar a dudas ese es uno de los más arraigados prejuicios que ofuscan a la gente devota.
A la categoría de las personas escrupulosas en lo que respecta a las "b" y a las "f" pertenecía un anciano obispo de Mirepoix que a comienzos de este siglo pasaba por ser un santo; cuando un día iba a ver al obispo de Pamiers su carroza se atascó en los horribles caminos que separan esas dos ciudades: por más que lo intentaron los caballos no podían hacer más.
—Monseñor —exclamó al fin el cochero a punto de estallar—, mientras permanezcáis ahí mis caballos no podrán dar un paso.
—¿Y por qué no? —contestó el obispo.
—Porque es absolutamente necesario que yo suelte un juramento y Vuestra Ilustrísimo se opone a ello; así, pues, haremos noche aquí si Ella no me lo permite.
—Bueno, bueno —contesto el obispo, zalamero, santiguándose—, jurad, pues, hijo mío, pero lo menos posible.
El cochero blasfema, los caballos arrancan, monseñor sube de nuevo... y llegan sin novedad.
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