Microcuento de la tradición zen
Tanzan y Ekido iban un día por un camino embarrado. Caía una fuerte lluvia.
Al llegar a un recodo, se encontraron a una joven encantadora con kimono y faja de seda, que no podía atravesar el cruce.
"Vamos muchacha", dijo Tanzan enseguida, y alzándola en brazos, la pasó.
Ekido no volvió a hablar hasta la noche, cuando llegaron a alojarse en un templo. Entonces no pudo contenerse más. "Nosotros, los monjes, no debemos acercarnos a las mujeres", le dijo a Tanzan, "especialmente a las jóvenes y bonitas. Es peligroso. ¿Por qué hizo usted eso?".
"Yo dejé a la chica allá atrás", dijo Tanzan. "¿Usted todavía la está cargando?".
Fuente: tomado de En frasco chico, y éste a su vez de Cada día es un buen día. 101 historias famosas de la tradición zen. Recopilación de Paul Reps y Nygoyen Senzaki. Bogotá, Norma, 1999. Traducción de Margarita Mataranz.
El estanque
ResponderEliminarEn uno de sus numerosos viajes a China, el eminente antropólogo y lingüista checo, Joseph Hrilka, mi padre, encontró unos antiguos palimpsestos -diez en total- en la tumba de uno de los miembros de una ancestral y olvidada dinastía.Los pergaminos contienen lo que se puede considerar hasta hoy, los más remotos antecedentes del cuento breve o minicuento.
Antes de morir, mi padre me los entregó y me pidió que los tradujera. Me dijo: "Traduce estos milenarios manuscritos, hijo, y encontrarás el secreto de la vida y la felicidad"
Llevo más de cuarenta años consagrado a esa labor. Y he aquí lo primero que he logrado traducir:
La moral, la ética, los principios...
las cosas realmente no son tan rígidas.
Yo he visto a la dura montaña
ondular suave y cadenciosamente en el estanque
ante el más leve soplo
de una fresca, subrepticia e incitadora brisa.
Den Pen Xi
Pedro Querales. Del libro "Fábulas urbanas"